IMPORTANCIA DEL ENTRENAMIENTO CONTEXTUALIZADO DE ARQUERAS EN EDADES TEMPRANAS

UNO DE LOS ASPECTOS QUE MÁS CONDICIONA EL DESEMPEÑO DE LAS ARQUERAS ES LA MENOR POSIBILIDAD DE VIVENCIAR EL JUEGO EN COMPETENCIA DESDE SU NIÑEZ. CONTEXTUALIZAR EL ENTRENAMIENTO ES ESENCIAL EN SU FORMACIÓN DEPORTIVA
La falta de una formación deportiva, general y específica, es una de las variables que más afectan el desempeño deportivo de las Arqueras en competencia. Aun habiendo practicado fútbol desde pequeñas, muchas jugadoras se convierten en Arqueras ya como deportistas adultas o juveniles tardías. De esta manera, aunque puedan desarrollar capacidades técnicas con cierta facilidad, su aplicación eficaz y eficiente en el juego puede estar seriamente condicionada por la falta de experiencia en el puesto que le permita interpretar convenientemente las variadas situaciones de juego.
Con el progreso del fútbol femenino, esta situación ha comenzado a revertirse y cada vez más jóvenes y niñas defienden del arco. Sin embargo, este progreso aún no iguala sus posibilidades de formación temprana con las de los arqueros. Por ejemplo, los ámbitos de competencia en las que las Arqueras infantiles y adolescentes puedan competir, vivenciar el juego y adquirir experiencia, sea en fútbol femenino o mixto, son mucho más restringidos que en el fútbol masculino. Por ello, en la búsqueda de equiparar sus oportunidades, es particularmente relevante propiciar un entrenamiento contextualizado que genere escenarios lo más parecidos posibles a situaciones de competencia.
Contextualizar la tarea en el Entrenamiento Específico Aislado permite brindar herramientas a las Arqueras para que creen su propia resolución a los problemas que se les plantean en el juego. Tener en cuenta el contexto permite analizar de manera global las distintas dimensiones que hacen a la situación particular. Al contextualizar, se monta un escenario lo más cercano posible a una situación real de juego, un espacio que pretende brindar experiencia sobre las variadas situaciones particulares que pueden darse en competencia y genere seguridad a las arqueras. Se busca brindar o permitir descubrir herramientas que faciliten una comprensión específica y global del juego en el puesto. Además de cumplir el rol de Arquera, deben cubrir roles en la defensa y ataque, tanto en situaciones defensivas como ofensivas, intentando “pensar como” Arquera, defensora o delantera. De esta manera, se plantean cuestiones como la comunicación, la responsabilidad en la ejecución de un pase o su recepción, prestar atención al accionar de la otra ante situaciones similares y procesar las indicaciones del Entrenador o Entrenadora.
Es importante recordar que en las etapas más tempranas entrenamos niñas y niños que juegan a ser arqueras y arqueros, realizando tareas en igualdad de condiciones técnicas y físicas. En este marco, el entrenamiento formativo en etapas tempranas se enriquece con el desarrollo de actividades lúdicas que incluyan elementos de competencia en un ambiente de compañerismo y diversión. Así, además de interpretar los roles referidos arriba, las arqueras pueden descubrir de manera guiada sus propias soluciones a los desafíos planteados.
Ejercicio contextualizado de posicionamiento en la bisectriz. Las flechas rojas indican la trayectoria del balón y las amarillas los desplazamientos de la Arquera. En este ejercicio, la Arquera desempeña el rol “Arquera” en una situación ofensiva en la que efectúa y recibe pases. Ante una simulación de pérdida del balón en la que sus compañeros se convierten en “rivales”, la Arquera se reposiciona en situación defensiva y resuelve un remate al arco. Luego intercambia roles con sus compañeros convirtiéndose en “defensora” primero y en “rival” después. Si no se cuenta con un campo de juego formal, el entorno y espacio pueden contextualizarse por la demarcación de las referencias del espacio en el que se mueve la Arquera (las áreas mayor y menor y el punto penal).
Sergio Vizcaíno y Daiana Enriquez